Gemma

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Llevo algún tiempo yendo al Parque de Aprendizaje. Cada vez es diferente. Algunas veces voy a hacer cosas concretas, como el día que fuimos a hacer un Taller del Fuego.
Otras voy a disfrutar de la compañía y la tranquilidad de estar en un lugar donde se busca el compartir y el aprender de uno mismo y de los demás.
Cada vez que voy me encuentro gente interesada en “Dar”, en hacer algo para los que en ese momento están en la casa o para los que vendrán. De acuerdo a sus posibilidades. Desde hacer un muro, un huerto, unas cortinas, rehabilitar y cuidar espacios, regar las plantas o lo que a cada uno se le ocurra y pueda imaginar.
Y después me encuentro compartiendo lecturas, conversaciones y experiencias con tanta gente diferente, de tantos lugares… que hace que esos días que paso allí sean cada vez maravillosos, impredecibles y como un recodo en el camino para volver a la vida diaria con fuerza renovada y creyendo que una sociedad No-Violenta y Solidaria es posible.
Os animo a tod@s a que vengais a conocerlo!

Lucía

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Cuando cuento esa experiencia de dos semanas, mis ojos siempre brillan: ¡fueron los días más formativos de mi vida! Aprendí el poder de compartir con culturas distintas a la mía, con historias de vida distintas a la mía, aprendí a compartir alimentos diferentes cada día, aprendí la belleza de la sencillez, de esa vida inmersa en la naturaleza en la que todo lo que necesitas ya está con nosotros. Todo lo demás era superfluo.
Fue agradable trabajar juntos y sudar y luego reunirnos para charlar en mil idiomas diferentes junto al fuego.
Creo firmemente que todas las personas en la tierra serían mejores si tuvieran una experiencia como esta. ¡Es la vida que todos tendríamos que vivir!
Estoy profundamente agradecida a Ludwig y Cal Cagall y definitivamente volvería allí de nuevo.
Ese lugar es mágico, reconfortante, familiar. Como siempre digo: ¡es mi lugar en el mundo! ❤️??